Retrato de José de la Peña y Aguayo
OBRA DESTACADA, pieza del 3º trimestre 2016
Recuperamos esta sección dentro de las actividades del Museo Aguilar y Eslava, con una nueva OBRA DESTACADA (pieza del trimestre) el retrato del abogado y político José de la Peña y Aguayo pintado por José Vallespín y Aibar (1857), que se ubica en la sala Histórica, Artística y Documental del Museo Aguilar y Eslava. Y que próximamente figurará su reproducción en la reedición del libro "Ministros de Hacienda y de Economía. De 1700 a 2005. Tres siglos de historia" publicación del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas del Gobierno de España.
Se trata de una obra de gran valor histórico-artístico de mediados del siglo XIX, representación de género (retrato realista) de JOSÉ DE LA PEÑA Y AGUAYO (1801-1853).
JOSÉ DE LA PEÑA Y AGUAYO nacido en Cabra en 1801 acudiría con manto pardo, beca azul y bonete de alumno a este Real Colegio de la Purísima Concepción, al que después volvería como profesor de Economía, aunque no por mucho tiempo porque marchará a cursar leyes en Granada. En la ciudad de la Alhambra, estudió Leyes en la Universidad Imperial de Granada donde se licenció en 1824 y pasó a formar parte de las filas liberales en la breve experiencia política constitucional a la que sigue la década ominosa de la restauración de Fernando VII. En las tertulias organizadas por el Conde de Montijo, el conde de la Puebla o el marqués de Campo Verde era asiduo Peña y Aguayo, de quien decía el viajero francés, Prospero Merimé, que era “de trato amable y encantadoras maneras”…
Aunque su reconocimiento social y profesional vendría de los foros judiciales, en donde llevó a cabo brillantes actuaciones, primero en Granada y después en Madrid. Por aquellos años 20 del siglo XIX conocería a Mariana Pineda y junto a ella estaría hasta el último momento como uno de sus abogados defensores.
Muerta Mariana, su hija Luisa es adoptada por Peña y Aguayo, que para entonces ya estaba casado con otra granadina, Dolores Morales de los Ríos y Escario, reconociéndola posteriormente como hija legítima.
A la muerte de Fernando VII, Peña y Aguayo ocuparía el cargo de Oficial Mayor del Estado. Restablecida la Constitución en 1812, renunció a su empleo y volvió a ejercer de abogado en diferentes e importantes causas como las de los Canónigos de Toledo y la de Manuel Godoy, Príncipe de la Paz.
De su historia personal y política sabemos también que en las Cortes revisoras del Estatuto Real ostentó un escaño de Diputado por la provincia de Córdoba y en las Cortes Generales que sucedieron a las constituyentes lo fue por Málaga. Y en el reinado de Isabel II fue intendente del Palacio Real y posteriormente nombrado Ministro de Hacienda. Por estos servicios sería nombrado gentilhombre de S.M. y condecorado con la gran Cruz de Carlos III.
Entre sus publicaciones destacan: “Discurso histórico-legal sobre la sucesión de la corona”, “El Juicio de jurados para conocer de las causas contra los canónigos de la Santa Iglesia primada de Toledo”, “Tratado de la Hacienda de España”, “Defensa del Príncipe de la Paz" y la crónica “Vida y Muerte de Mariana Pineda”, el pequeño libro que aparece en su retrato y que sujeta en su mano izquierda.
Este cuadro fue restaurado y cedido al Ayuntamiento de Granada para su exposición en los meses de mayo a junio de 2005, en la muestra titulada YO MARIANA, celebrada con motivo de su bicentenario.