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BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLAVA

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29.06.17

Biblioteca Histórica Aguilar y Eslava
Libro del Mes

“Ensayo sobre las variedades de la vid común que vegetan en Andalucía” por Simón de Rojas Clemente y Rubio (Madrid, 1879)

Antonio Suárez Cabello

Hemos seleccionado en esta ocasión como LIBRO DEL MES la obra de Simón de Rojas Clemente y Rubio titulada “Ensayo sobre las variedades de la vid común que vegetan en Andalucía”. La primera edición se realizó en Madrid en el año 1807. La que presentamos en nuestro espacio es una nueva publicación (Madrid, 1879) motivada por la Exposición Vinícola Nacional celebrada en la capital de España e inaugurada por Alfonso XII en 1877. Esta impresión se amplió con 40 originales litografiados a color de las variedades de la vid común. También se incorpora a la misma la Memoria sobre el cultivo de la vid en Sanlúcar de Barrameda y Xerez de la Frontera de Esteban Boutelou, que había sido divulgada en 1807.

Este tratado sería considerado como uno de los más significativos en el campo de la Ampelografía (ciencia que se ocupa del estudio, descripción e identificación de la vid, sus variedades y frutos). Simón de Rojas Clemente llegó a describir un total de 119 variedades de vides, agrupándolas en XV Tribus con sus nombres comunes y sus rasgos más característicos. El libro gozó de una rápida difusión por Europa, traducido al francés en 1814 y al alemán en 1821. Las dimensiones del volumen (55,00 x 39,00 cm.) lo hacen aún más “joya bibliográfica”, llamando la atención sus láminas a color por el gran formato de las páginas.

En la portada, a dos tintas, se informa que está ilustrado y hecho por Real Orden, en honra del autor y en memoria de la Primera Exposición Vinícola Nacional celebrada en España, siendo ministro de Fomento el Excmo. Sr. Conde de Toreno y director general D. José de Cárdenas. Se llevó a cabo en la Imprenta Estereotipia Perojo (calle de Mendizábal, núm. 64). Antes de la portada aparece un retrato de perfil del autor, y después de la misma la disposición del Ministerio de Fomento.

Se recuerda en el prólogo a Simón de Rojas Clemente y Rubio como una figura sobresaliente entre los amantes de las ciencias y de las letras, siendo considerado “con el respeto y la veneración que inspiran los sabios”. Su azarosa vida, dicen en el preámbulo, le condujo a su amor por los estudios de la naturaleza, señalando que “no es posible más ansiedad de aprender ni de ilustrar las ciencias naturales, particularmente en sus relaciones con la agronomía, que la que embargaba a aquel privilegiado cerebro”. Destacan que legó a la posteridad “tantas y tan acabas muestra de magistral ingenio y de profunda ilustración”.

Un apartado se dedica a la biografía de Simón de Rojas Clemente y Rubio (Titaguas, Valencia, 1777; Madrid, 1827), con notas y documentos. Fueron sus padres “labradores honrados, de regular fortuna”. Multitud de sociedades científicas de Europa, admiradoras de su rara ilustración, le nombraron su individuo de honor y mérito: la Real Academia de Ciencias de Baviera; la de Ciencias y Arte de Barcelona; la de Fisiografía de Lund, en Suecia; las económicas de Madrid, Granada, Sanlúcar de Barrameda y Valencia; la Sociedad Linneana de Londres y el Instituto militar de Portaloziano.

Para la posteridad se erigió en 1866 una estatua, entre las de Quer, Cavanilles y La Gasca que adornan una de las calles del Jardín Botánico de Madrid; obra del escultor romántico José Grajera y Herboso. En el pedestal unos datos biográficos: “Rojas Clemente estudió Teología y lenguas orientales y, más tarde, botánica bajo la dirección de C. Gómez Ortega y A. J. Cavanilles. Su vida aventurera es fiel reflejo de la agitada época en la que le tocó vivir. En su juventud se especializó en criptógamas. Viajó por España, Francia e Inglaterra, con Domingo Badía, el famoso Ali Bey, recolectando ejemplares. Destaca el viaje realizado en 1804 a Granada y Sevilla. En 1805 fue nombrado bibliotecario y profesor del Real Jardín Botánico. En 1807 vio la luz su obra “Ensayo sobre las variedades de la vid común que vegetan en Andalucía”. A él se debe la ordenación y plantación inicial de la colección de variedades de la vid en el emparrado que rodea el Plan de la Flor del Jardín. De ideología liberal, en 1812 se exilió a su pueblo natal hasta 1819 en que se incorporó a su puesto en el Jardín. Trabajó en diversas obras de agronomía y botánica, y de nuevo hubo de exiliarse por motivos políticos en 1823. Fue nombrado director del Real Jardín Botánico en 1825”.

Se incluye en las noticias biográficas una mención de la mayor parte de los trabajos realizados por el botánico, así como un facsímil autógrafo del autor. Sigue la reimpresión de 1807 realizada en Madrid, por orden superior, en la imprenta de Villalpando. Una cita le precede. Son unos versos de las Geórgicas: Sed neque quam multae species nec nomina quae sint est numerus… (2.103 s.). Virgilio habla de henchidos racimos y que son innumerables las especies que hay y los nombres que tienen, y es bien cierto que tampoco merece la pena enumerarlos.

El contenido está dedicado a Manuel Godoy, primer ministro de Carlos IV, con el enunciado de “PRÍNCIPE GENERALÍSIMO ALMIRANTE SERENÍSIMO SEÑOR”. Confiesa el autor en su ofrecimiento que “Presentando al público el primer fruto de mis estudios, tengo la satisfacción de anunciar que si de ellos resultaren con el tiempo algunas ventajas a la Patria, todas se deben a V. A. que me apartó de las tareas estériles y misantrópicas de Colegios y Universidades, que me empeñó en la carrera de las ciencias útiles, que me hizo ver los sabios y la Europa, y que siendo forzoso dejase yo de concurrir a la empresa capital, a que su genio superior me había destinado, se dignó conducirme bajo su protección a explorar las desconocidas riquezas y primores de Granada, hermoso y alegre suelo en que brillaron a la par de la naturaleza el galanteo y la caballería , la Agricultura y el valor, y en que a cada paso se presentan gloriosos monumentos de la sabiduría de los árabes y los vestigios eternos de la magnificencia y del poder romano”.

En la introducción reconoce el ensayista que toda su vida recordará “con interés y gusto” las dichosas circunstancias que le obligaron a “dirigir sus estudios y tareas a las necesidades del hombre y a los usos de la sociedad”. La parte primera, capítulo primero, trata de los terrenos de Andalucía en que se cultiva la vid común (la albariza, los barros, las arenas, el bujeo). El capítulo segundo es una exposición de los caracteres que pueden servir para distinguir las variedades de la vid común, acompañado de unas tablas sinópticas de los caracteres de la vid común, su objeto y uso. En el capítulo tercero habla de la utilización que se ha hecho en esta obra de los caracteres o razón del sistema seguido en ella. El capítulo cuarto es una censura de los autores que han escrito sobre las variedades de la vid común y se han consultado para esta obra, finalizando esta parte con unas observaciones sobre el género vid y sus especies y sobre las variedades de la común.

En la parte segunda se localiza una tabla sinóptica de las variedades, estructurada en dos secciones, divididas en tribus. SECCIÓN PRIMERA: Tribu I. Listanes; II. Palominos; III. Pensiles; IV. Jaenes; V. Mollares; VI. Albillos; Variedades aisladas. SECCIÓN SEGUNDA: Tribu VII. Ximenecias; VIII. Perrunos; IX. Vigiriegos; X. Agraceras; XI. Ferrares; XII. Tetas de vaca; XIII. Cabrieles; XIV. Datileras; XV Moscateles; Variedades aisladas.

La tercera parte presenta los enunciados: Adición sobre el producto de las viñas de Granada; Índice de algunas variedades que no se han insertado en el cuerpo de la obra por no conocerse suficientemente; Instrucción sobre los medios de que pueden valerse los que quieran contribuir a la formación de un tratado completo sobre los vidueños de España; Índice de los nombres vulgares que se han dado o dan a las especies y variedades de la vid, y se citan en esta obra; Índice de los nombres sistemáticos de las variedades descritas en esta obra; Índice de palabras y materias; Etimologías de varias voces españolas usadas en esta obra.

Se incorpora a continuación una “Memoria sobre el cultivo de la vid en Salúcar de Barrameda y Xerez de la Frontera” por Esteban Bolitelou, profesor de agricultura y economía rural del Real Jardín Botánico de Madrid y jardinero mayor de S. M. en el Real Sitio de Aranjuez; individuo de mérito en la clase de Agricultura de las Reales Sociedades Económicas de Madrid y de Sanlúcar de Barrameda y socio de la Historia Natural de París. En dicha Memoria se trata los siguientes temas: Observaciones generales, de la aclimatación de la vid, origen de las variedades de la vid cultivada, reflexiones fisiológicas, raíces, hojas, terrenos que destinan en Sanlúcar para el cultivo de la vid, arreglo y preparación del terreno para el plantío de las viñas, sobre la elección de buenos sarmientos para el plantío y método de plantar las viñas en Sanlúcar, gobierno y cuidado de la cepa joven que aún no fructifica, poda de las viñas, labores de las viñas, desembolsos y gastos del cultivo de las viñas de Sanlúcar y de las utilidades que reditúan al labrador, de algunas otras maniobras del cultivo de las viñas, de algunas enfermedades y de algunos enemigos que perjudican a las vides en Sanlúcar, observaciones económicas, observaciones varias, prácticas locales, mudanzas meteorológicas más beneficiosas para la vid, hoces o instrumentos de podar las vides, etc.

Finaliza el trabajo con un apéndice a la Memoria sobre una idea de la práctica eonológica de Sanlúcar de Barrameda o el método que allí se sigue en la fabricación de los vinos y algunas observaciones sobre la destilación de los aguardientes.

El pintor de las láminas de las distintas variedades de vid es Pedro Sánchez Acuña, y son: Leonada, Listán común, Mantúo castellano, Mantúo de Pilas, Jaén blanco, Mollar negro, Albillo castellano, Albillo de Granada, Ximénez Zumbón, Tintilla, Tinto, Garabatona, Virgiliana, Beba, Zurumi, Doradillo-plateado, Mantúo perruno, Ximénez (Pedro Ximénez), Perruno, Vigiriego, Melonera, Ferrar común, Calona negra, Zucari, Quebranta-tinajas, Santa Paula, Ataubí, Uva de Ragol (vulgarmente llamada Culo de Horza), Teta de negra, Almuñecar, Moscatel gordo morado, Moscatel gordo blanco, Jami, Mollar de Granada, Cañocazo (Mollar blanco), Uva de Rey (Tamorlana), Ciuti, Castas de Ohanez y Palomino común.

NOTA. En el índice de algunas variedades que no se han insertado en el cuerpo de la obra por no conocerse suficientemente se hallan las siguientes:
BALADÍ de Cabra, Lucena, etc.
VIGIRIEGO de Cabra, Lucena, etc. UVAS de figura de tomate, verdes, hacen el mosto grueso.

BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLAVA
Libro del Mes

Rojas Clemente y Rubio, Simón de (1777-1827)

Ensayo sobre las variedades de la vid común que vegetan en Andalucía / por Simón de Rojas Clemente y Rubio.-- Ed. il.-- Madrid : [s.n.], 1879 (Imprenta Estereotipia Perojo)
XXV, [4], IX, 149 p., [44] h. de lám. ; 55 x 39 cm.

Incluye: Apéndice a esta memoria: Idea de la práctica eonológica de Sanlúcar de Barrameda o del método que ahí se sigue en la fabricación de vinos y algunas observaciones sobre la destilación de los aguardientes
Consta en port.: "Hecha de Real Órden, en honra del autor y en memoria de la primera exposición vinícola nacional celebrada en España, siendo Ministro de Fomento el Conde de Toreno, y Director General de Agricultura, Industria y Comercio José de Cárdenas"
Retr. orlado del aut. en h. 1.
Las lám. representan variedades de la vid.

Materia/género: Viticultura. Andalucía. Congresos y asambleas.
Lugar: España - Madrid

Sig. Top.: 0121

[LM 2017 05]



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