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ARCHIVO HISTÓRICO AGUILAR Y ESLAVA

BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLAVA

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17.05.17

BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLAVA
Libro del Mes

“Corona poética de los españoles a su excelsa e inmaculada patrona la Santísima Virgen Maria en el misterio de su Concepción Purísima” de José Escolá (Barcelona, 1863)

Antonio Suárez Cabello


Al presbítero y misionero apostólico José Escolá, fundador y director de la Academia Bibliográfico-Mariana, le debemos esta CORONA POÉTICA de los españoles a su excelsa e inmaculada patrona la Santísima Virgen María, en el misterio de su concepción purísima. Se trata, según el religioso, de un “modesto obsequio que en nombre de la España toda le ofreció como un tributo de amor y de agradecimiento en el día de su fiesta 8 de diciembre de 1861, VII aniversario de la declaración dogmática de su original pureza”.

Justifica Escolá en su prólogo que, en los primeros días de julio, se le ocurrió la idea de ofrecer a la Inmaculada Virgen una Corona poética en reconocimiento de “un beneficio especial” que acabada de dispensarle. A las pocas fechas imprimió una carta circular en la que invitaba a los poetas españoles a “ofrecer sus flores a su ínclita Patrona en el misterio de su Concepción purísima con el objeto de celebrar con ellas el séptimo aniversario de la dogmática definición”.

El dogma de la Inmaculada Concepción, también conocido como Purísima Concepción, es una creencia del catolicismo que sostiene que María, madre de Jesús, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, estuvo libre de todo pecado. El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula INEFFABILIS DEUS (“... declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles...").

Comenta José Escolá que fueron numerosos los poemas remitidos apenas conocido el proyecto, teniendo en el mes de septiembre un copioso material para el libro. El plan concebido era reunir las principales poesías antiguas y modernas relativas a la Inmaculada Concepción “para que la España de todos los tiempos contribuyera a la formación de esta Corona, y entretejerla en esta forma juntamente con aquellas que la declaración dogmática y el pensamiento de esta obra hubiese inspirado a los vates marianos”. Así, pues, los poemas se pueden considerar distribuidos en tres clases, los escritos antes de la definición dogmática, los escritos después, y los escritos directamente para la presente Corona.

No se ha seguido, sin embargo, este orden en la impresión del volumen que comentamos y que presentamos como LIBRO DEL MES, cuyos textos ocupan 741 páginas. El material lo han estructurado en nueve secciones, “para que se viera mejor de qué manera la España toda está allí representada”, según comenta el compilador.

La PRIMERA SECCIÓN corresponde al título de Poetas antiguos y modernos, en la que se hace constar la idea de que la Inmaculada ha sido siempre dominante en España. Está subdividida en cuatro coronas: Poesías anteriores al siglo XVI, Poesías del siglo XVI, Poesías de los siglos XVII y XVIII y Poesías modernas del siglo de la edición del libro. De esta forma enlazan la tradición a la Inmaculada. En la primera corona hay un poema de Aurelio Prudencio, del siglo IV, y otro de Marco Máximo, del siglo VII; son traducciones del latín. Está recogido, por consiguiente, en este inicio el fundamento de la obra literaria que se pretende.

La SECCION SEGUNDA incluye lo publicado por la prensa católica en proclamación de la Patrona como Inmaculada: La Cruz, desde Sevilla; La Esperanza y Regeneración, desde Madrid; Verdad Católica, desde la Habana, etc.

La TERCERA SECCIÓN se nombra como Seminarios Conciliares: “Los jóvenes levitas se entusiasman y corren presurosos a ofrecer en nombre de la Iglesia de España las más bellas flores a la poética Corona”. Son los de Calahorra, Lérida, Solsona y Toledo; los profesores del seminario de Salamanca; de Valencia es el malogrado alumno Blat, “arrebatado por la muerte en la flor de la juventud”; de Vich, los alumnos del obispo de Lérida, Mariano Puigllat (una corona poética publicada anteriormente); del Seminario de Santander diversos alumnos, invitados en su composición por el rector, Saturnino Fernández de Castro.

La CUARTA SECCIÓN se denomina Provincias de primera clase. Al frente de todas va Madrid, que ofrece una corona entera a la Inmaculada, “distinguiéndose por la devoción de una familia, la del Sr. Castellanos, cuyos individuos todos presentan su flor especial”. Barcelona no se queda atrás y añade a su corona entera las flores con que Berga, Manlleu y Manresa la adornan. Cádiz es representada con la poesía del Sr. Mira. Granada completa su corona con las de Baza, Guadix y Motril. Málaga con Ronda “le paga su tributo”, y Sevilla y Valencia “se la ofrecen por completo”.

La QUINTA SECCIÓN, provincias denominadas de segunda clase, dice que “no han demostrado tanto entusiasmo”. Zaragoza es la que más se ha distinguido con cinco poesías, “gracias al celo del Sr. Pelegrín Ribera”. Oviedo y Toledo han ofrecido su flor por sí misma: “la una por mano de un joven de precoz talento y la otra por la de un ilustrado sacerdote”. Alicante, Murcia y Valladolid “han tenido que ser suplidas para que no faltase ni su nombre, ni su flor en esta Guirnalda mariana”.

Entre las provincias de tercera clase, la SECCIÓN SEXTA, Lérida es la que más se ha distinguido, ofreciendo corona completa y añadiendo a ella las poesías de Balaguer y Solsona. A continuación sigue Guipúzcoa con sus seis composiciones; Gerona con cuatro; Salamanca con otras cuatro; Tarragona con otras tantas, de las cuales dos son de la capital y las otras de Fatarella y Tivisa; Guadalajara con tres de Pastrana; Huesca con Barbastro ofrecen otras tres; Álava dos; Logroño dos, de Calahorra; Huelva una de Higuera la Real y otra de la Palma; Lugo dos, y dos de Mondoñedo; Navarra dos, con otra de Astráin; Almería, Burgos, Cáceres, Plasencia, Ciudad Real (Manzanares), Coruña (Ferrol), León (Astorga), Orense, Segovia y Vizcaya han contribuido con una sola flor. Las otras provincias: Albacete, Badajoz, Castellón, Cuenca, Jaén, Palencia, Pontevedra, Santander, Soria, Teruel y Zamora han tenido que ser representadas “en este mariano monumento” por poesías anteriormente publicadas, “para que ni su nombre ni su obsequio pudiese hallarse en falta en este poético edificio”. Los versos que en nombre de dichas provincias se ofrecen a la Inmaculada, se expone que “interpretan muy bien los sentimientos de todos sus hijos, que, como españoles, son absolutamente adicto a este admirable misterio”.

A los apartados de Provincias sigue el título Islas Españolas (SÉPTIMA SECCIÓN), “para que fuese completo este devoto y nacional obsequio”, se argumenta, aclarando que “pertenecen también al Patrimonio de MARIA todas las posesiones ultramarinas de España”. Las Antillas, Baleares, Canarias, Carolinas, Chafarinas, Filipinas, Golfo de Guinea y Marianas “ofrecen el tributo de sus flores”. Asimismo indica que “hasta Tetuán, siendo de España, ofreció su nombre a esta ibérica Corona, y con él su ferviente voto a la Emperatriz de los cielos”.

La OCTAVA SECCIÓN tiene el epígrafe de “Poetisas españolas”. En sus poesías, escribe José Escolá, “brilla tanto la piedad propia de su sexo, como la erudición de los sabios mas distinguidos”. Sus productos poéticos, añade, “eran dignos de figurar en una sección especial que diera testimonio de la fe, ternura, ilustración y patriotismo; preciosas prendas en que sobresalen las señoras de esta heroica nación”.

La última y NOVENA SECCIÓN que completa la obra es para los Dialectos españoles: España es representada en ella hasta con sus dialectos provinciales, y MARIA es proclamada “concebida sin pecado” por todas las bocas y en todas las lenguas de sus privilegiados hijos. “Omnis populus et omnis lingua confiteatur nomen tuum”, destaca nuestro autor.

Insiste José Escolá en que su poética CORONA, ofrecida por los españoles A LA MAYOR GLORIA DE LA INMACULADA MARIA, es un “modesto y humilde obsequio, en defecto de otro sumamente grandioso que se le debiera consagrar bajo todos los conceptos, y que si bien no suple la realidad de lo que debiera ser, es por lo menos una ligera prueba de lo que se ha querido que fuese, como testimonio de amor y de agradecimiento”; aunque lo cre de “poco precio” por merecer uno de mayor dignidad.

No falta, al final de su preámbulo, el agradecimiento a todos los que han colaborado para que la CORONA POÉTICA se haya hecho realidad. El último párrafo de su justificación lo copiamos literalmente, el tema económico siempre suele estar presente en la edición: “Mi deseo hubiera sido también regalarles un ejemplar a cada uno de dichos colaboradores; pero habiéndose aumentado los gastos de impresión con el volumen del libro, me es absolutamente imposible. En su celo por la Santísima Virgen no podrán menos de reconocerlo, y esta Señora tendrá cuidado de recompensárselo con usura. Todo sea para su mayor gloria”.

Las páginas de versos se inicia con un poema de Ofrecimiento a María de José Escolá, fechado en Lérida el 8 de diciembre de 1861. Entre los más antiguos, uno de Marco Máximo, arzobispo de Zaragoza, fallecido en 1616. Es su himno “O Caesaraugusta decus...”, traducido en verso por Luis Roca, colaborador en la Academia Bibliográfico-Mariana junto a José Mensa. Dice así:

“Honor de Zaragoza / Y dulce patrocinio, / Sostén del pueblo hispano / Del mas firme Pilar sacro recinto; / Nueva Salem que á todos / Los santos edificios / De Iberia en lo admirable / Vences, de casta Virgen domicilio: / En ti á Jacobo apóstol / Y al par su consanguíneo / Mandó MARIA un templo / Que elevase inmortal en todo siglo. / Se le mostró graciosa / Y por su natalicio / De Concepción augusta / Dejar encomios en el templo quiso: / Y aquí á los españoles / Jacobo el panegírico / Formó de aquella gracia / Con que libre de mancha / Dios la hizo; / Y en tributarla obsequios / Aquí se dio principio, / Costumbre duradera / Que el pueblo fiel nunca pondrá en olvido”.

En nuestra consulta al Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español tan solo hemos localizado un ejemplar inventariado en Andalucía. Se encuentra en la Biblioteca Provincial de los Misioneros Claretianos de Bética, Granada.

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Libro del Mes:

Escolá, José María (1820-1884)

Corona poética de los españoles a su escelsa é Inmaculada patrona la Santísima Virgen Maria en el misterio de su Concepcion Purísima / José Escolá.-- Barcelona : Libreria Católica de los ed. Pons y Csap, 1863 (Imp. de Narciso Ramírez)

XVI, 741 p., [1] h. de lám. ; 25,00 x 17,00 cm
Textos en castellano y catalán.

Sig. Top.: AMB 221.

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